Cómo iniciarse en el BDSM poco a poco y sin miedo

 En Juegos y preliminares

Las fantasías están para cumplirlas.

Una de ellas, de cada vez más personas, es practicar BDSM. Bien sea por la pornografía, por la rutina en la relación de pareja o por cierta saga de libros con “muchas sombras”, mucha gente quiere hacer BDSM.

¿Pero cómo empezar? ¿Es solo atar a nuestra pareja y darle con un látigo? ¡NO!

En BIENERGY queremos que expandáis vuestros horizontes. Por eso queremos haceros este artículo sobre cómo iniciarse en el BDSM poco a poco.

Introducción al BDSM sin fracasar en el intento

¿Qué es el BDSM?

BDSM son las siglas en inglés de los términos ‘Bondage’ (inmovilizar o atar), Disciplina, Dominación y Sumisión, y Sadomasoquismo.

Es decir, es un conjunto de prácticas sexuales. Puedes practicar unas (bondage, por ejemplo) sin recurrir a las demás.

De hecho, seguro que le habrás pegado alguna cachetada a tu pareja mientras él/ella está encima. O le has dado un mordisco un poco más atrevido de lo habitual.

¡Pues eso es BDSM! Aunque muy suaaaaave.

Algunas consideraciones a tener en cuenta

Antes de ponerse ‘al lío’ te recomendamos seguir las reglas estipuladas por el activista David Stein en 1983, que sean prácticas SSC. Es decir, cada vez que pongas en práctica cualquier actividad sexual ha de ser:

  • Segura: Hay que conocer el material que se usa y los límites a los que se pueden llegar.
  • Sensata: No realizar estas prácticas bajo los efectos de las drogas o sustancias alucinógenas.
  • Consensuadas: Tiene que existir un acuerdo entre ambas partes para realizarlas, y tener una palabra de seguridad para conocer cuándo parar. Es decir, una palabra muy fuera de contexto que al decirla, el otro miembro sepa que se está excediendo.

Una vez dicho esto, pasemos al meollo del asunto. Listo para conocer la introducción al BDSM.

Cómo iniciarse en el BDSM paso a paso

1. Habla con tu pareja

Como dijimos, el consenso es fundamental.

Aunque en un principio practicar sado, bondage, etc. puede resultar chocante para la inmensa mayoría de gente, no hay por qué empezar por todo lo alto. Introducíos ambos en este mundillo con seguridad y curiosidad, no con miedo.

¡No hay nada que temer!

2. Usad técnicas soft

¿Os da reparo comprar látigos? ¡Igual que a todos al principio!

Cuando empecéis a practicar BDSM, podéis utilizar cosas que tenéis por casa. O incluso vuestras propias manos.

Hay prácticas, como el intercambio de roles y la dominación, que no necesitan de artilugios especiales ni nada por el estilo. Simplemente podéis intercambiar los roles o ser un poco más picante de lo habitual con mordiscos, cachetadas, etc.

3. Átame y tápame los ojos

Aquí la cosa es de experimentar sensaciones nuevas.

Coge un pañuelo o una corbata y ata a tu pareja a la cama. Una vez así, da rienda suelta a tu creatividad con manos, lengua, labios, plumas… ¡lo que se te ocurra! Eso sí, recuerda lo de la palabra de seguridad.

Otra cosa muy divertida y soft es tapar los ojos a tu pareja. El mismo pañuelo servirá para que él o ella, ahora ciego/a, sienta todo sin ver qué está pasando.

¿Y si probáis a hacer las dos cosas juntas? ¡Una delicia!

4. El poder de la palabra

Las palabras tienen poder. Poder de excitación y dominación.

Una buena primera práctica de BDSM es usar palabrotas y palabras malsonantes con nuestra pareja en el contexto sexual.

También, en contextos de dominación, puedes usar palabras como “señor/a” o “esclavo/a” para expresar esa desigualdad fingida.

Eso sí, estas palabras deberíais dejarlas solo para el contexto sexual, siempre y cuando sean consensuadas.

5. ¿Un poco de sado? Coge velas, pinzas y el cinto

Respecto al sadismo y el masoquismo, lo mejor es que os iniciéis con cosas de casa (no, no la serie de Steve Urkel).

Unas pinzas para los pezones puede dar un toque picante y con un balance dolor-placer de lo más atrevido.

Por otro lado, te recomendamos que juguéis con la cera caliente de las velas. Además de dar un toque romántico a vuestra habitación, la cera está lo suficientemente caliente para despertar sensaciones pero no provocará quemaduras.

Eso sí, procura no tener mucho pelo en las zonas donde se vierte la vela.

Respecto a los latigazos, tenemos que mencionar que cada persona tiene un umbral del dolor diferente. Por eso mismo, te recomendamos empezar por algo suave (una toalla de manos enrollada, por ejemplo) y pasar a cosas más “fuertes”.

Si necesitas más “material”, seguro que en un Sex-Shop podrán informarte mejor de los látigos, fustas, etc. y su fuerza.

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